"La Quimera de Yemayá" fue mi primer acercamiento real a la experimentación cinematográfica. El proyecto fue una investigación abierta, un laboratorio donde probamos múltiples procesos para explorar los límites de la imagen.
Uno de los experimentos más significativos fue el tratamiento del material: rodamos con una cámara DVCam, proyectamos el montaje final en una televisión de tubos catadióptricos y finalmente, regrabamos esa imagen en S16 mm, buscando texturas y distorsiones inesperadas. Otro proceso que me marcó especialmente fue la manipulación de los créditos iniciales, que imprimimos en papel y mojamos con agua marina para generar deformaciones pictóricas.
"La Quimera de Yemayá" fue ante todo una experiencia colectiva, un ejercicio de apertura visual que ha dejado una huella en mi forma de entender el cine.
Sinopsis
En una playa cabe de todo. El descanso y el relax, un niño que mira y los adultos que van a lo suyo, voces indistintas, el sol y el mar. Pero también algo que se aleja de la realidad para adentrarse en el mundo del sueño y el mito. Algo parecido a la quimera de Yemayá, diosa del mar de la cultura yoruba. Una fotografía de colores saturados y un montaje cercano a la alucinación convierten este corto en una experiencia irrepetible.